Caminando por el Aventino,
subiendo la buena cuesta que empieza en el Circo Máximo, nos encontramos con
otro bonito rincón, un parquecito encantador, ideal para enamorados. Pero antes
de entrar, vamos a dar un paseo por la zona, que hay un par de sorpresas que
descubrir antes de entrar y aún tenemos tiempo.
La iglesia pegada al parquecito
es Santa Sabina, una de las más antiguas de Roma, además, tiene el privilegio
de ser la iglesia a la que transfiere el Papa para realizar la misa matinal del
Miércoles de ceniza, aunque ese día es prácticamente imposible entrar, cualquier
otro día podemos observar esta sencilla obra de arte del siglo V.
Si seguimos caminando por esa
calle, llegaremos a una plaza, la Plaza de los Caballeros de Malta, en un
principio parece que no tiene nada de especial, pero otra de las múltiples
anécdotas de la ciudad se esconde tras la cerradura de la puerta del Gran Priorato
de Roma de la Orden de Malta, desde cuyo agujero podemos ver directamente la
cúpula de San Pedro, lo cual ha dado lugar a multitud de historias de
conspiraciones, pues esta era una de las órdenes más importantes y poderosas de
la cristiandad.
Ahora que el sol está apunto de
irse a dormir, es el momento ideal para entrar en el Parque Savello, comúnmente
conocido como “Il Giardino degli
Aranci” por la multitud de naranjos que le dan un toque especial
y envuelven el ambiente en romanticismo. Desde el mirador podemos contemplar en
primer plano el rio Tevere y al fondo el barrio del Trastevere, y si giramos un
poco la cabeza hacia la derecha, prácticamente podemos tener una visión de toda
la zona occidental de la ciudad, desde el Vaticano hasta el Vittoriano, y como
está cayendo el sol y estamos mirando hacia el Oeste, ante nosotros irán
surgiendo todos los magníficos colores que nos regala el tramonto romano. Es un
momento idóneo y un lugar ideal perfecto para enamorados, o para enamorar…
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