jueves, 18 de noviembre de 2010

City Tip-off 3: La Ventana de Trevi

A mi me gusta llegar a la Fontana di Trevi desde Via delle Muratte, ir callejeando tranquilamente, como si nada, y de repente…zas!!!  ¿Pero qué es esto? Su belleza es innegable, pero lo que más llama la atención son sus dimensiones en relación con su ubicación, es una fuente enorme para una plaza tan pequeñita, arquitectónicamente hablando, o en términos urbanísticos, no tiene mucha lógica ni razón de ser. Eso si, es sorprendente y preciosa.

Una vez vista desde todos los ángulos, con los codos desgastados de tanto pelear con la inmensa cantidad de gente que se apiña en la minúscula placita; después de seguir los pasos del perfecto turista como obedientes borreguillos, lanzando la moneda a la fuente para volver a Roma algún día y/o encontrar el verdadero amor (se recaudan más de 2 millones de euros al año ¡Ahí es nada! Que son donados a Caritas para obras de beneficencia); tras contemplar la escultura principal de Neptuno y hacerse la foto de rigor (en la que es prácticamente imposible evitar la presencia de algún espontáneo despistado); y tras comprar alguna postal-estatua-recuerdo del lugar.

Cuando hayamos realizado todos los actos obligatorios de turisteo, para poner la guinda y quedar como unos verdaderos guías profesionales, hay que centrar la atención en la ventana situada en la parte superior derecha (no el ventanuco de arriba del todo, sino la ventana de arriba de las dos que hay), pues bien, si se mira con detenimiento, ¡NO ES UNA VENTANA! Está tapiada y pintada como si fuese una ventana, pero no lo es (recomiendo observar las reacciones de sorpresa de la gente mientras les cuentas todo esto, jijiji). La leyenda dice que el arquitecto que diseñó la fuente, soñó que su hijo moría cayéndose por esa ventana, por lo que ordenó tapar el vano y disimularlo como si fuese otra ventana normal, para no menoscabar la belleza del monumento. ¡Enhorabuena! ¡Te acabas de ganar la admiración de tus compis de viaje!

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